Rumores sobre la venta de varios de sus negocios espaciales se dispararon luego de sus resultados financieros del Q3.
Boeing tiene un nuevo CEO, Kelly Ortberg, un veterano del mercado aeronáutico quien tuvo que hacerse carga de probablemente la crisis más profunda que hoy abraza al coloso aeroespacial.
Las tragedias de sus nuevos 737-Max, en 2018 y 2019, no hicieron más que acentuar una tendencia que hoy su sufre casi a diario, la baja de calidad en el ensamblado de sus productos principales, los aviones.
El pasado 23 de Octubre Boeing presentó su resultado financiero del tercer trimestre del año, y con números decepcionantes, abrió la puerta a varios tipos de especulaciones, entre ellos, la posibilidad de que la empresa se desprenda de todos o varios de sus negocios relacionados con el espacio. No son pocos. El coloso de Seattle tiene siete unidades de negocio y está íntimamente relacionado con el Programa Espacial desde principio de los años 60.
Construcción de satélites, La Estación Espacial, el cohete SLS, Gateway, el X37-B, la cápsula Starliner y a todo esto se suma el 50% de participación en ULA (United Launch Alliance) junto con Lockheed Martin.
En un mail a todos los empleados, Ortberg describió el estado de la empresa y los pasos que piensa implementar para revertir una situación que lleva años lastimando la confianza y la credibilidad de la compañía. El más importante, cambiar la cultura de la empresa, tarea nada fácil de implementar en organizaciones de semejante tamaño, pero además recalcó: "Boeing es una empresa de aviones y en algún momento tendremos que pensar en volver a construir uno"
Esta última parte es sin dudas toda una declaración de intenciones. La empresa debe volver a focalizarse en su "core business", los aviones, si realmente quiere salir de esta situación apremiante.
¿Significa esto desprenderse de otros negocios? No lo sabemos a ciencia cierta, pero sin dudas está en el abanico de posibilidades. Los próximo meses serán todo un desafío para Ortberg y su equipo, teniendo que tomar decisiones críticas que podrán afectar a miles de trabajadores y a una mercado aeroespacial que está acostumbrado a tener a Boeing como uno de sus jugadores principales.
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Foto perfil: KRISTOFFER TRIPPLAAR/ALAMY
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